Osvaldo Retondaro
Artículo publicado en:
Artículo publicado en:
"El Diario del Alto Aragón"
Miércoles 30 de enero de 2019
La persona creativa: ¿Nace o se hace? El reto de las
10.000 horas.
La capacidad
creativa de las personas es un valor que cotiza en alza. Cada vez más las empresas
innovadoras desean incorporar profesionales con un elevado desempeño creativo.
Ante este desafío, una
pregunta es: ¿las personas creativas nacen o se hacen?
Cuántas veces ha
ocurrido que en un ejercicio de brainstorming para el desarrollo de nuevos
productos, algunos participantes aportan propuestas sin cesar, y los rezagados piensan…
¿por qué él sí…? y… ¿por qué yo no? ¿Será que la creatividad es un don que sólo
reciben las personas “tocadas” por la “varita mágica” de la genética? O, por el
contrario, es una habilidad potencial que se puede trabajar y desarrollar.
¿Cuáles son las
principales respuestas a esta cuestión? y ¿cuáles son los tips que contribuyen
a desarrollar esta habilidad?
En primer lugar la
creatividad es una capacidad potencial que, en distintos grados, poseen todos
los seres humanos. Como en otras características, su nivel depende de la
herencia genética y de nuestras trayectorias psico-sociales. Sobre estas bases
la persona luego con dedicación se hace.
Como en todo campo
de actividad, siempre hay elegidos que han nacido con una destreza excepcional,
desde deportistas hasta cantantes. Pero en épocas de tan alta competencia, como
la actual, estas “estrellas” saben que sin trabajo y sin entrenamiento
constante, no podrían integrarse a las élites de su actividad.
Para el común de las
personas, que tienen un potencial de creatividad promedio, hay muchas técnicas
para mejorar su performance. Por ejemplo, uno de los rasgos de la personalidad
que define a un creativo innato es el grado de apertura a las nuevas
experiencias, aspecto que se puede desarrollar ejercitándolo. La especialista Teresa
Amabile identifica tres componentes básicos cuya interacción es necesaria para
ser creativos: (1) Los conocimientos en nuestra especialidad; (2) el saber usar
las técnicas de creatividad y (3) el grado de motivación interna.
En el presente
artículo se desarrollará el primero de los elementos citados: Los conocimientos de nuestra especialidad, condición
necesaria pero no suficiente del hacer creativo.
En la base de estos
procesos se halla el acervo de conocimientos, teóricos y/o empíricos, que se
tienen sobre el tema a tratar. Los aportes novedosos a un dominio surgen esencialmente
de personas que están especializadas en dicha cuestión. Es la conocida regla de
las 10.000 horas - que otros autores aumentan sustancialmente en número -. Este
“reto” sugiere que se necesita ese tiempo de trabajo y estudio en una materia y
años de especialización en un campo, como requisito para generar aportes inéditos
al mismo.
Se citarán tres casos,
uno en el ámbito científico, otro en el artístico y el tercero en la invención
de maquinarias, para ejemplificar la cuestión.
-
El científico
inglés Isaac Newton, que revolucionó desde las ciencias físicas hasta las
matemáticas, reconoció que sus logros derivaron del conocimiento acumulado al estudiar
las investigaciones de los científicos que le precedieron. Como lo expresó en su frase: “…Si he logrado ver más lejos es porque me
he subido a hombros de gigantes…”
-
Picasso inició el
cubismo con su cuadro “Las Señoritas de Aviñón”. Esta ruptura definitiva
respecto a la tradición se produjo cuando tenía sólo 26 años. Pero hay que recordar que Picasso se inició en el arte a los 8
años de la mano de su padre profesor de dibujo en la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo. Como Newton, también se subió a hombros de gigantes, esta pintura
refleja la influencia de P. Cézanne cuya obra conocía en detalle.
-
Sin embargo, no sólo los científicos y los artistas tienen la
posibilidad de ser creativos. Toda persona que se dedica con intensidad a un
tema puede lograrlo. Esto ya fue descripto
por Adam Smith en La Riqueza de las Naciones: “…El hombre adquiere una mayor
aptitud para descubrir los métodos más idóneos y expeditos, a fin de alcanzar
un propósito, cuando tiene puesta toda su atención en un objeto…Una gran
parte de las máquinas empleadas en esas manufacturas, en las cuales se halla
muy subdividido el trabajo, fueron al principio invento de artesanos comunes,
pues hallándose ocupado cada uno de ellos en una operación sencilla, toda su
imaginación se concentraba en la búsqueda de métodos rápidos y fáciles para
ejecutarla. Quien haya visitado con frecuencia tales manufacturas habrá visto
muchas máquinas interesantes inventadas por los mismos obreros, con el fin de
facilitar y abreviar la parte que les corresponde de la obra…”
La creatividad no es
magia, una de sus bases es el esfuerzo y dedicación. Así
lo expresó Thomas Alva Edison, “…Nunca hice nada por casualidad, ni ninguno de mis inventos
llegaron por accidente; llegaron por el trabajo,... Es
resultado de uno por ciento de inspiración y noventa
y nueve por ciento de transpiración…”